El importe mínimo que se puede solicitar es de 60.000 euros. Por lo tanto, teniendo en cuenta los porcentajes máximos que financiamos, 80% para residencia habitual y 60% para segunda residencia, el valor mínimo de una vivienda de uso habitual sería de 75.000 euros y de una segunda residencia sería de 100.000 euros.
A pesar de no existir una cantidad mínima establecida por ley para una hipoteca, pues esto representaría una pérdida para las entidades financieras, algunos bancos han establecido un importe mínimo entre 30.000 euros y 80.000 euros. A fin de cuentas, estas hipotecas generan menos intereses que otras de mayor importe con la misma duración, y los bancos también son negocios.